Será el glamour o seguramente las necesidades de búsqueda de más negocio internacional, principalmente por parte de China, que se lleva oyendo desde hace algún tiempo iniciativas para relanzar esta ruta que unió hace más de 2.000 años a China con occidente.
Por un lado desde Estados Unidos se nombra a esta nueva ruta, no como lugar de paso sino simplemente por sus intereses de presencia en la zona de los países «tan» principalmente por sus reservas gasísticas, como no.
Por otro lado tenemos a todos los países por los que teóricamente pasaba la citada ruta, aunque como digo no deja de ser una mera propaganda comercial porque el fin real es aumentar las posibilidades de negocio en toda Asia, ya que tanto Rusia como el sudeste asiático y los países más orientales de Africa se quieren subir al carro.De hecho se plantean varias «rutas» incluidas también las marítimas.
También la vieja Europa quiere aprovechar lo que le pueda tocar del pastel. Ya hace unos días llegaba a Madrid el primer tren procedente de China.
Y finalmente, China es la que mayor interés tienen en estas nuevas rutas lo que le permiten nuevos caminos para introducir sus productos sino de tener más presencia en la zona a través de las inversiones que haya que realizar en la zona a través de su nuevo banco de desarrollo.
En definitiva del nombre no queda prácticamente nada, salvo la necesidad de unos cuantos de aumentar el negocio.
Cierto es que lo que es el «auténtico» Oriente Medio, desde Irán hasta India, se aprecian unas terribles necesidades de desarrollo. Eso sí, si los extremistas y demás etnias e intereses varios lo permiten.
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